24 octubre 2009

“El turco jugador de ajedrez” – Comic mágico

Gracias a la excelente pluma de mi amigo malagueño Alex Romero, quien realizó el guión, y con los dibujos de Fritz, podemos disfrutar de un comic sumamente interesante.

El trabajo forma parte de un libro homenaje a Edgar Alan Poe, el Maestro del misterio, en el cual han colaborado varios artistas.

El tema viene a relación, porque Poe escribió un ensayo sobre el Turco ajedrecista, y en base a ese escrito es que Alex y Fritz, han aportado su propia visión, un cuento muy creativo (aunque algo morboso según sus propias palabras), y nada común sobre aquel autómata.

Agradezco a Alex y a Fritz que me hayan permitido subir su trabajo al blog.

Agregaré algunos comentarios breves, sobre la historia y los personajes involucrados.

Antecedentes

La época de gloria de creación de autómatas, aquellas figuras móviles tan maravillosas, fue en el siglo XVIII y XIX.

El Turco jugador de ajedrez, ha sido uno de los autómatas o pseudoautómatas, que mas ha concitado la atención de los escritores del tema, sea por tratarse de un ajedrecista imbatible en sus innumerables partidas, como por la especulación acerca de su sistema de operación.

En 1927, el tema del turco dio origen a la película muda francesa " Le Joueur d'Echecs", realizandose otras versiones posteriores en 1939 y 1980.

A quien pueda interesar, referirse a los links
Films de france.com;
The Internet Movie Database;
DVD critiques.com;

El tema también fue tratado en la Televisión en el año 2008, en uno de los episodios de la serie “Terminator: The Sarah Connor Chronicles”.

Para quienes quieran profundizar, pueden consultar los detalles de este increíble invento en Answers.com artículo muy completo en inglés, y en Circo Meliés este último en castellano, donde puede apreciarse en forma dramatizada, una escena del film de 1927 de la partida entre el turco y la zarina, y donde esta comete algunas trampas en el juego.

Los protagonistas

Mucho de lo conocido sobre el turco, toma como base lo escrito por Robert Houdin en su “Confidencias de un prestidigitador”.

Lo dicho en el citado libro, adolece de algunos errores comprobados en cuanto a datos históricos y fechas, lo cual, aunque lo convierte en una fuente un tanto dudosa, no deja de restarle romanticismo al relato del Padre de la Magia moderna.

El comic, fuera de toda lógica histórica, al libre albedrío de sus autores, recrea una fantasía muy interesante.

Barón Wolfgang Von Kempelen

Noble de familia y mecánico, fue el inventor del turco. Lo construyó en 1769, exhibiéndolo en todas las cortes europeas.

A la muerte de Von Kempelen en 1804, y después de pasar por otro dueño, el turco fue comprado por Maelzel.

Johann Nepomuk Maelzel

Músico y mecánico, y también creador de autómatas. Al igual que Von Kempelen, Maelzel también realizó muchas exhibiciones del turco.

Nuestro comic, trata la época en que Maelzel era el dueño del autómata.

El secreto: Schumblerger y Worousky

Mucho se ha escrito sobre el secreto del funcionamiento del famoso e imbatible ajedrecista.

La hipótesis mas fundamentada, comenta que dentro del mueble donde se decía estaban los engranajes que manejaban al turco, se escondía un asistente, que era quien realizaba las jugadas.

El experto ajedrecista que operó el turco cuando Maelzel era el propietario del autómata, fue William Schumblerger.

Robert Houdin, habla en su libro de otro operador llamado Worouski o Vorouski, que era quien manejaba al turco en la época de Von Kempelen.

Worousky era un militar, al cual debieron amputarle ambas piernas hasta la ingle, como consecuencia de heridas de guerra, lo que le permitía ocupar el pequeño espacio del mobiliario en cuestión. Campeón en el juego de ajedrez, aprovechó la oportunidad de trabajar oculto dentro del mueble, para escaparse de Rusia, donde era buscado por un alzamiento.

El final del turco

A la muerte de Maelzel ocurrida en 1838, nuestro turco ajedrecista es comprado por otras personas, terminando depositado y olvidado en el Museo Chino de Filadelfia, donde resultó destruído por el fuego en 1854.

Edgar Alan Poe

Este maestro de los cuentos del terror, después de ver en acción al turco, y en base a su análisis de observación, escribió un ensayo, explicando lo que el creía, era la resolución del secreto de la operación del mecanismo.

Como dije mas arriba, este es el motivo del homenaje de Alex y Fritz a este especialista del misterio.

John Gaughan y el renacimiento del turco

Protagonista importante en el cuento. No vivió en aquellos tiempos, pero vale su inclusión por lo que veremos a continuación.

Es un constructor de efectos especiales e ilusiones para los magos mas renombrados de los últimos tiempos (Mark Wilson, Doug Henning, Sigfried & Roy, David Copperfield, etc.).

Hábil artesano y estudioso, después de 4 años de trabajo, Gaughan reconstruyó el celebre Turco ajedrecista, y lo presentó en una de las Convenciones de la Historia de la Magia que se realiza en Los Angeles.

La única pieza original que sobrevivió al incendio y que utilizó John, fue el tablero, el cual se salvó de las llamas, porque se guardaba en lugar apartado del resto del equipo.

El trabajo de detective, su capacidad de análisis, y su habilidad en la restauración, le permitieron demostrar que esta maravilla del pasado, continúa funcionando de manera perfecta en tiempos presentes.

Un chapó para Gaughan, el cual merece su inclusión en esta hermosa fábula magica.

Y por fin lo más interesante: El comic (Para agrandar las imágenes cliquear sobre ellas y luego con el botón atras, volver a la página del blog)




11 octubre 2009

Animales sabios

Ya desde el siglo XVII, se han presentado animales considerados con cualidades especiales, con el interés de convencer al público, que tales ejemplares, tenían tales dones, que les era posible producir prodigios maravillosos.

De pájaros a caballos, pasando por perros, cerdos, y otras especies más, los animalitos podían distinguir colores, deletrear palabras, adivinar cartas, interpretar música, realizar operaciones matemáticas, predecir el futuro, hasta llegar al punto de afirmarse, que podían llegar a emitir sonidos semejantes a las palabras humanas.

Caballos para todos los gustos

Uno de los mas renombrados fue el caballo Morocco y su maestro Banks, y fueron tales las hazañas que realizaban, que tanto el equino como su dueño fueron quemados por orden de las autoridades eclesiásticas, acusados de pactos con el diablo en el siglo XVII, aunque algunos historiadores, afirman que lo antedicho no es cierto.

En la figura se aprecia a Banks y Morocco en una de sus pruebas

Otro caso curioso fue el del “Pequeño caballo sabio”, quien jugaba cartas con los espectadores, demostrando sus “malos hábitos”, al realizar un brindis al final de cada partida. Fue exhibido por un tal Mister Zucker, en Glasglow en 1764.

Otros corceles que realizaron maravillosas exhibiciones, fueron “El caballo militar del conocimiento” en 1780, y Spottie, un caballo moteado a cuatro colores.

En las primeras décadas del siglo XX, el género femenino también acaparó la atención, cuando se conoció a la “Señorita maravilla”, una yegua que entre sus habilidades, podía hacer predicciones sobre el futuro.

Por la misma fecha, en 1915, en ocasión de la Exposición de San Francisco, el caballo Captain (Capitán), acompañaba algunas melodías populares, “hociqueando” sobre campanillas ubicadas en un ingenioso soporte.

Aunque el merecimiento era del entrenador, dada su paciencia para enseñar entretenidas rutinas a los animales, aquellos maestros trataban de quedar al margen, con el fin que el foco del espectáculo recayera sobre los cuadrúpedos, de manera que estos llamaran la atención, y recogieran los aplausos y el dinero.

Caninos fuera de serie

En 1830, “Don Carlos” el perro de la doble vista, fue presentado en Londres.

Munito, otro hábil can, contestaba preguntas sobre geografía, botánica, historia, etc.

Hay archivos en la Academia francesa, que relatan acerca de un perro con un vocabulario de 30 palabras, las cuales utilizaba cuando deseaba comer o beber algún alimento especifico.

Leibnitz, el gran pensador y filosofo de fines de 1600 y principios de 1700, fue uno de los que daban fe de tal maravilla.

Aunque no se informa en detalle, bien podría ser que el inigualable perrito emitiera sonidos en distintas tonalidades o ronroneos, para expresar sus distintos pedidos.

Sobre fines de 1800, un tal Mister Zborskill exhibió en Francia a un perro lanudo, que respondía al nombre artístico de “Negro Robin”, el cual fue entrenado con un inteligente método, que le permitía realizar cualquier tipo de milagros ante los ojos de los espectadores. Puede apreciarse en la figura a ambos artistas en acción.

Cerdos, pajaritos y demás

Uno de los animales más emblemáticos dentro de la historia de la magia, ha sido el Puerco sabio, que fuera sensación en la Feria de Bartholomeo en la Inglaterra de 1787.

El mismísimo Houdini poseía dentro de su valiosa colección, programas que anunciaban un par de gansos sabios.

En mayo de 1859, se presentaba en mi ciudad: Rosario, Mister Paul con sus pajaritos sabios.

Se trataba de 4 cardenales: Sefiro, Sara, Pafos y Lida, quienes informaban la fecha, escribían nombres, distinguían los colores, adivinaban cartas elegidas por el público, y como número final, hacían el retrato de una señorita, lo que llamó la atención del público local.

En 1870, también en Rosario, se presentaba otra compañía de animales que asombraba por su sapiencia reconocida.
Se trataba de los monos y perros sabios.

Al mando del italiano Platuni, Director de la troupe, los 15 perros y 6 macacos realizaban verdaderas maravillas, semejantes a las ya relatadas en casos anteriores.

Un caso de lo más curioso

Un semanario argentino de comienzos de 1900, ha sido la fuente de lo que relato a continuación.

Cerca de 1890, un alemán llamado Von Osten, educó a un caballo, el cual se dijo llegaba a entender muchas palabras y contaba hasta 5.

Lamentablemente el equino murió, pero Von Osten retomó el tema en 1901 con otro animal llamado Hans.

Le hizo comprender el sentido de algunas palabras, y le enseñó nociones de cálculo. El inteligente Hans, aprendió a leer, conocía la fecha, llegando a identificar la armonía o disonancia de acordes musicales.

Hans se hizo famoso, y fue una de las mayores sensaciones dentro de los “animales sabios” de la Alemania de aquel tiempo.

Fue examinado por profesores expertos, y la Comisión que lo estudió, informó que no había trampa alguna, y que el caballo respondía aún en ausencia de su dueño.

Algunos de los estudiosos, llegaron a aventurar, que el caballo no respondía, sino cuando los asistentes sabían la respuesta, y que era guiado por los movimientos inconscientes de su dueño, o de las personas presentes.

Resumiendo: evitando tales movimientos no habría respuesta, y haciéndolos, el caballo diría todo lo que se quisiera.

Aunque con las diferencias del caso, podría asimilarse lo antedicho, con algunas de las técnicas utilizadas para la lectura del pensamiento, por parte de algunos mentalistas.

Lo que no se podían explicar, era como Hans podía observar o interpretar un lenguaje corporal tan imperceptible.

Von Osten sufrió muchos ataques y persecuciones judiciales, muriendo casi olvidado en 1909.

Pero otra persona, Karl Krall, asumió el desafío de continuar las experiencias de Osten, utilizando no solo a Hans, sino a otros dos caballos llamados Zarif y Muhamed.

En la foto se puede apreciar al maestro Krall, enseñando algunas nociones de cálculo matemático, a su fiel discípulo Zarif, y más abajo al mismo caballito, en plena práctica en el corral.

Los equinos hicieron progresos tan rápidos e interesantes, que Krall publicó sus hazañas y su método educativo, en el libro Denkende Tiere (Animales pensadores) en 1912.

Zarif y Muhamed, conocían los números, realizaban operaciones matemáticas, respondían a preguntas en idioma francés o alemán, y otras maravillas por el estilo.

Lo mas grandioso, era que podían deletrear palabras que oían pronunciar.

Mientras algunos defendían al educador, otros científicos llegaron a afirmar que el citado libro era una mancha en la literatura, y un monumento alzado al culto de la tontería.

En 1913, Krall fundó una Sociedad de psico-zoología, para el examen de sus caballos.

Los que hayan leído hasta este punto, creerán que lo mencionado en algunos párrafos, podría ser consecuencia de algún trasnoche alcoholizado de quien esto escribe.

Para demostrar lo contrario, recomiendo a quienes hayan tenido la firmeza de llegar hasta aquí, consulten los sitios de internet (para no fatigar al lector, solo indicaré unos pocos de los muchos en idioma inglés sobre el tema) mencionados mas abajo, si desean profundizar sobre este interesante tema.

1) En el libro "Feral children and clever animals: reflections on human nature”, escrito por Douglas Keith Candland, se narra en las páginas 115 y siguientes, como la Señorita Maravilla, aquella yegua telepática mencionada mas arriba en este escrito, predijo cuando sería encontrado un niño perdido, y todas las experiencias de Von Osten y Krall con los caballitos Zarif y Muhamed.

2) Otro libro “Unexplained phenomena: a rough guide special : Mysteries and curiosities of Science, Folklore and Supersticions“, de los autores John Michell, y Bob Rickard, aporta también referencias interesantes tanto de la Señorita Maravilla, como de Osten, Krall, Zarif, etc., en las páginas 328 y siguientes.

3) Un fragmento tomado de Living Wonders “Horse Sense Is More Than You Ever Imagined” habla sobre el particular.

4) Otro artículo en Answers.com., informa sobre Los caballos de Elberfeld.

5) Y por último Wikipedia, también comenta sobre El caballo Muhamed.

Queda en el lector sacar sus propias conclusiones al respecto.