22 diciembre 2011

Un mago muy especial

Hay un hermoso cuento corto, producto de la mente de un excepcional escritor argentino, que trata sobre la magia de un mago muy particular.

Aunque es muy conocido y difundido, me pareció apropiado incluirlo en el Blog en fecha tan especial como la que se aproxima, donde quien mas, quien menos, ruega y suplica, por deseos, anhelos, que esperan sean cumplidos.

El personaje de ficción, persigue una ilusión, un sueño, que parece imposible.

Entre otros conceptos, estimo que se apunta a demostrar que hay una magia verdadera que existe dentro de cada uno de nosotros, y que muchos pensamientos por imposibles que parezcan, pueden hacerse realidad, si nuestra energía espiritual, nuestra esperanza, fluye con suficiente fuerza desde nuestro interior.

La metáfora del cuento, puede extrapolarse a cualquier otro acto de nuestra vida.

Existe todo lo que queramos que exista.

La solución quizás sea, estar preparados para que esa magia verdadera ocurra.

Magia

El mago Rizzuto no conocía ningún truco. Su número era bien sencillo: golpeaba su galera con una varita azul y luego esperaba que apareciera una paloma.

Naturalmente, la total ausencia de dobles fondos, de mangas hospitalarias y de juegos de manos conducía siempre al mismo resultado desalentador. La paloma no aparecía.

Rizzuto solía presentarse en teatros humildes y en festivales de barrio, de donde casi siempre lo echaban a patadas.

La verdad es que el hombre creía en la magia, en la verdadera magia. Y en cada actuación, en cada golpe de su varita azul estaba la fervorosa esperanza de un milagro. Él no se contentaba con las técnicas del engaño. Quería que su paloma apareciera redondamente.

Durante largo tiempo lo acompañaron la desilusión y los silbidos. Otro cualquiera hubiera abandonado la lucha. Pero Rizzuto confiaba.

Una noche se presentó en el club Fénix. Otros magos lo habían precedido.

Cuando le llegó el turno, dio su clásico golpe con la varita azul. Y desde el fondo de la galera salió una paloma, una paloma blanca que voló hacia una ventana y se perdió en la noche.

Apenas si lo aplaudieron.

Las muchedumbres prefieren un arte hecho de trampas aparatosas a los milagros puros.

Rizzuto no volvió a los escenarios.

Tal vez siga haciendo aparecer palomas en forma particular.

Alejandro Dolina - “El libro del Fantasma”

15 diciembre 2011

Una historia graciosa

Harry Bosworth fue un mago inglés, y también fabricante de elementos de magia. Una de sus principales creaciones eran las flores resorte, por las cuales fue muy reconocido por sus colegas, y también llegó a publicar un magazine mágico.

Cerca del año 1920, Bosworth cumplía funciones de Asistente del Director Escénico en el Teatro Empire de Sheffield, en Inglaterra, una de las salas mas prestigiosas de ese país, con una capacidad de 3000 espectadores.

Muchos de los magos famosos de la época se presentaron en el Empire de Sheffield: David Devant, el trío LeRoy, Talma y Bosco, etc.

Fue en ese teatro, en 1904, donde Harry Houdini fue desafiado a escapar de unas nuevas esposas diseñadas por un oficial de policía.

Bosworth, descendiente del conocido mago John Henry Anderson "The Wizard of the North”, era un gran conocedor de la magia y su historia, y también un personaje algo polémico, con comentarios picantes en sus dichos y escritos.

La historia que sigue, la conocemos gracias a su relato.

Una vez finalizado su contrato en la Dirección Escénica del Empire, el cargo fue ocupado por una persona que realizaba tareas técnicas en el Teatro, mas precisamente un carpintero. Vaya uno a saber el motivo de tal designación.

Uno de los primeros desafíos del aquel artesano de la madera, fue asistir nada menos que a Carl Hertz, el mago estadounidense que había paseado su espectáculo, casi por el mundo entero.

Dentro del programa, se incluía la “Cuerda de la India”, sin duda una de las ilusiones más controvertidas en la historia de la magia.

Se trata de aquel efecto, donde una cuerda queda rígida verticalmente, un asistente trepa por la misma y se pierde de vista.

Ante el requerimiento del mago para que el asistente retorne al escenario, este desobedece sus órdenes, ante lo cual el ilusionista con un cuchillo entre sus dientes trepa por la cuerda, y al instante comienzan a caer partes desmembradas del cuerpo del ayudante.

A posteriori, el destrozado cuerpo del asistente es restaurado dentro de una cesta.

En el debut, Hertz lanzó la cuerda en el aire, y como sucedía normalmente en cada show, para dar mas suspenso al efecto, la cuerda no quedaba rígida en el primer intento, y caía al piso.

El mago intentaba nuevamente, y por supuesto continuaba cumpliéndose la ley de la gravedad: la cuerda pesadamente se desplomaba al escenario.

Silencio total en la sala, el público inquieto pensaba que las cosas no iban bien.

Pero quien podría imaginar que aquello era parte de la presentación ?.

Recién en la tercer tentativa y de acuerdo a lo planeado, la cuerda comenzaba a subir y quedaba rígida, en una verticalidad casi perfecta.

Aplausos ¡ …. Pero en medio del clamor ocurrió algo que el mago no preveía.

Algún mecanismo no había cumplido su cometido, y la cuerda volvía a caer y yacía inerme sobre el escenario.

Había una diferencia con las anteriores intentonas: esta última no estaba prevista.

Hertz disimulando su mirada desorbitada, ladeando su cara, con su boca entreabierta y su labio inferior ligeramente ladeado hacia un costado y hacia abajo para poder susurrar mejor, pidió el cierre de telón en forma urgente.

Rápidamente se realizó la reparación, y el espectáculo se reanudó.

A partir de ese incidente todo continuó a la perfección.

Llegó el turno de la segunda función.

Como de costumbre Carl arrojo la cuerda, y recién en el tercer lanzamiento, lenta, y misteriosamente, la soga comenzaba su subida vertical.

Pero en ese momento …… consternación, ……. Carl, quedó paralizado cuando oyó el toque siniestro de una campanilla cuyo sonido provenía de bambalinas.

Nuestro carpintero devenido en Director de Escena, suponiendo que lo ocurrido en la primera función era parte de la rutina usual, estaba ordenando que cerraran el telón, y por supuesto sus órdenes fueron cumplidas.

En esta oportunidad no eran causas técnicas, intervenía el factor humano.

Harry Bosworth relator de esta historia, comenta que nunca antes en su vida, había oído a un mago usar un lenguaje tan fluido, colorido, completo, y florido como el que Carl Hertz utilizó para dirigirse a aquel Gerente Escénico.

Nada se dice si nuestro carpintero continuó desempeñando el mismo cargo ejecutivo.

Se trata de una historia divertida para quien la lee, pero seguramente Carl Hertz, debe haber perdido el sentido del humor en esa ocasión.

12 diciembre 2011

El Rey de los Payasos

1926 fue un año pródigo para rosario en cuanto a espectáculos y figuras artísticas.

Por nombrar solo dos casos, la coincidencia en fechas del mago panameño Chang (Li Ho Chang en aquel tiempo), y Okito es un ejemplo de ello.

Con días de diferencia, otro virtuoso de fama mundial, aunque de otra especialidad artística, provocaba no solo risas, sino cantidad de emociones en el público rosarino.

La sala del Empire Theatre, anunciaba un inimitable Clown, “El Rey de los Payasos”, en las Secciones Familiar y Noche a las 18 y 21 hs.

Alternando con los filmes cómicos “Ir por caza y salir cazado”, y “El Capitán burbuja”, se ofrecía al público una hora de sonoras carcajadas, con las desopilantes ocurrencias de uno de los clowns más célebres de la época: Grock.


Las crónicas no solo destacaban el detalle de ser el único cómico en sostener un espectáculo de una hora de duración, sino que también hacían notar el trabajo del partenaire, definiéndolo como un virtuoso del violín.

“Cien imitadores andan por los escenarios del mundo, pero no consiguen su eficacia ……. Grock repite viejos trucos y ocurrencias del circo, que en él, tienen particular encanto ….. es un compendio de tony, payaso, y excéntrico musical …… ”.

No sé el motivo, pero siempre asocié a Grock con España. Estaba muy equivocado.

La nacionalidad de quien viniera al mundo con el nombre de Karl Adrian Wettach a principios de 1880, no era Española, sino Suiza.

Políglota y talentoso músico (ejecutaba varios instrumentos), también estaba entrenado en otras disciplinas artísticas como la acrobacia y malabarismo.

Su expresión corporal y gestualidad, hicieron que se lo denominara el hombre de las 100 caras.

No hay necesidad de abundar en detalles ni comentar su trabajo, ya que algunas de sus excelentes perfomances y rutinas donde se aprecia su talento, están disponibles en la red.

Palabras huelgan.

El 31 de octubre de 1954, se leía en un encabezado del New York Times,

“Grock el clown, dijo adiós a su público en Hamburgo. Por primera vez su actuación inundó el teatro con risas, pero también con lágrimas.”

Después de pasear su capacidad, simpleza, elegancia, creatividad, y virtuosismo, el encanto de Karl Adrien Wettach “Grock”, uno de los mas grandes clowns, se apagaba en Imperia, Italia en 1959.

Como dato interesante, cabe destacar que Imperia y Rosario, fueron declaradas en Hermanamiento, como ciudades hermanas, el 4 de Junio de 1987.